26 de diciembre de 2019
Tras conocerse la noticia del incremento fijado por el Gobierno Nacional para el salario mínimo en 2020, se fija también el aumento salarial para nuestros afiliados en UNE, que será del 6% para el próximo año.
Este valor es el resultado de lo acordado en el Acta Extraconvencional para la nueva vigencia de la Convención Colectiva de Trabajo Vigente entre UNE y SINPRO, que fijó este incremento para los próximos tres años en un porcentaje igual al decretado por el Gobierno Nacional en 2020, 2021 y 2022 para el salario mínimo mensual de cada uno de esos años.
Este incremento incide positiva y directamente en las liquidaciones, en 2020, de otros factores salariales y extralegales como: cesantías, vacaciones y las primas de servicios, vacaciones y de Navidad, así como el valor de los créditos de vivienda para nuestros afiliados en la empresa.
SINPRO
26 de diciembre de 2019
Cerramos 2019 y arrancamos 2020 con buenas noticias para todos nuestros afiliados en EPM, al conocerse cuál será el incremento salarial para el nuevo año: 6,3%.
Este valor es el resultado de lo acordado en la Convención Colectiva de Trabajo Vigente entre EPM y SINPRO, que fijó este aumento entre la mejor de dos opciones: el IPC de 2019 (que se espera no supere el 4%) + 1,35 puntos o el porcentaje del aumento del salario mínimo mensual decretado por el Gobierno Nacional para 2020 (que se acaba de fijar en 6%) + 0,3 puntos (como indica nuestra Convención), siendo esta última la mejor, es decir, 6,3% de incremento salarial.
Este incremento incide positiva y directamente en las liquidaciones, en 2020, de otros factores salariales y extralegales como: cesantías, vacaciones y las primas de servicios, vacaciones y de Navidad.
En lo que respecta al Fondo de Vivienda SINPRO-EPM, se incrementan en 6% el valor de los créditos de vivienda para nuestros afiliados en la empresa.
Esta noticia es un nuevo aliciente para reafirmar el compromiso de todos y cada uno de los servidores de EPM, para seguir aportando al crecimiento y fortalecimiento de la empresa, lo que se refleja en beneficio para todos, trabajadores y ciudadanos.
SINPRO
Editorial SINPRO
Quien sea elegido alcalde de Medellín tiene varios retos importantes en relación con EPM: respetar su autonomía y ser soporte de su sostenibilidad.
Los resultados de los comicios de este 27 de octubre, que permitirán saber quién será el próximo alcalde de Medellín y quiénes serán los 21 concejales de la ciudad para el cuatrienio 2020-2023, son trascendentales para el presente y el futuro de EPM y de UNE, máxime cuando nuestra empresa matriz vive una situación paradójica, al estar -a pesar de la contingencia de Hidroituango- ante los mejores resultados financieros y de cobertura en 64 años de historia, y ante la incertidumbre que generan varias decisiones externas a EPM frente al proyecto hidroeléctrico, del que depende en gran medida su sostenibilidad y, de ella, una parte sustancial de los recursos de Medellín para inversión social.
Basta mirar algunas cifras para darse cuenta de lo que representa EPM para la ciudad, para varias regiones del departamento y para el país, como lo son la generación de más de 50.000 empleos directos e indirectos; la cobertura general de servicios, superior en promedio, al 94%; los aportes realizados en los últimos cinco años a Medellín por $5,9 billones en transferencias de sus utilidades y de la venta de las acciones en Isagen, las transferencias del sector eléctrico efectuadas a 53 municipios de Antioquia por $340.000 millones y los impuestos pagados a la Nación por cerca de $5 billones, sumados a los $3,5 billones invertidos en 2018 en infraestructura para la prestación de sus servicios.
“Basta mirar algunas cifras para darse cuenta del significado mayúsculo de EPM para la ciudad, para varias regiones del departamento y para el país”
Si bien EPM es un ente autónomo, 100% público, y las actuaciones del alcalde de Medellín en calidad de representante de la comunidad deben enmarcarse exclusivamente a través de la Junta Directiva, que él mismo escoge y preside, resulta innegable que su real pensamiento, sus acciones y sus posiciones en torno a los temas más relevantes de EPM y el Grupo EPM, sí pueden tener incidencia directa en la sostenibilidad de la empresa, como ya ocurrió con la nefasta administración Aníbal Gaviria-Juan Esteban Calle, durante la cual se tomaron las decisiones más desacertadas de la historia de la Empresa, algunas con consecuencias que heredó y le correspondió afrontar a la administración actual.
A pesar de circunstancias tan evidentes como esas, ha sido usual que los alcaldes de Medellín lideren los índices de favorabilidad en el país, lo que se atribuye a dos aspectos fundamentales, la protección de los antioqueños a sus dirigentes y los recursos con que cuentan esos alcaldes para su gestión, muchos soportados en la infraestructura, servicios y aportes económicos que le hace Empresas Públicas de Medellín.
Teniendo en cuenta los aspectos reseñados, como organización sindical responsable y para brindar mayores elementos de juicio a los ciudadanos, con el fin de tomar una decisión trascendental para el desarrollo social y la calidad de vida de los medellinenses, y como resultado de un ejercicio individual que desde SINPRO realizamos con siete candidatos a la alcaldía de Medellín, quedaron manifiestos los pensamientos e intenciones de cada uno de ellos con EPM y con UNE, los cuales se sintetizan en esta edición de nuestro periódico Conexión y se amplían en nuestro portal web www.sinpro.org.co.
En ese ejercicio y en torno a las discusiones sobre Hidroituango, coincidimos con quienes creen que nunca se debe construir un proyecto político sobre la base de destruir el esfuerzo colectivo y que lo que haya pasado en el proyecto se sabrá independientemente de quien sea el próximo alcalde de Medellín, por una razón elemental esbozada por varios funcionarios y exfuncionarios de la empresa: es la gente de EPM, su incomparable recurso humano, su rigor y su profesionalismo, quien está detrás de cada decisión; nada más ajeno a la cultura EPM que callar, ocultar u omitir sus deberes y obligaciones; la misma gente EPM se encargará de dar toda la luz que con razón demanda la ciudadanía sobre el tema, al existir en todos los funcionarios la plena convicción de para qué fue creada EPM: para generar bienestar y progreso, como dice su lema más recordado.
“Es la gente de EPM, su incomparable recurso humano, su rigor y su profesionalismo, quien está detrás de cada decisión”
El interés de SINPRO desde nuestra creación hace 17 años, en octubre de 2002, ha sido siempre el de construir, aportar a la sostenibilidad de EPM y UNE, defender el patrimonio público y los derechos de los trabajadores.
De ahí la imperiosa necesidad de que, como ciudadanos y como verdaderos dueños de la empresa 100% pública más importante del país, con total consciencia, con absoluta responsabilidad y con el mayor conocimiento posible de antecedentes y de las propuestas esbozadas en los respectivos planes de gobierno y en sus declaraciones públicas, elijamos a la próxima persona que no solo regirá los destinos de Medellín en los próximos cuatro años, sino que será pieza clave para rodear y fortalecer a nuestra “joya de la corona”, y para hacer todas las gestiones que se requieran para sacar adelante el proyecto hidroeléctrico más importante de los últimos años para el futuro del sector energético nacional.
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El exfuncionario de EPM y UNE, Francisco Valderrama, da una mirada al panorama que le espera a nuestras empresas después de observar lo que han dicho frente a ellas los candidatos a la Alcaldía de Medellín.
Por: Francisco L. Valderrama Aguilar
A nivel de discurso parecen coincidir los candidatos a la alcaldía de Medellín en aspectos fundamentales respecto a EPM: defensa de su integridad como empresa pública, respeto por su autonomía y reconocimiento de la comunidad como verdadera dueña de la entidad. Pero palabras y actos de gobierno suelen decir lo que los hechos niegan y contradecir sin vergüenza los compromisos electorales. Recordemos la amarga experiencia de la privatización de UNE, empresa eficiente y necesaria para la proyección y competitividad de la región, feriada a dedo a Millicom a contrapelo de promesa en contrario signada por un exalcalde poco confiable y de ingrata recordación.
La fusión UNE-Millicom fue el moño que coronó la cadena de desaciertos cometidos por sucesivas administraciones con el negocio de telecomunicaciones de EPM.
Algunos planteamientos electorales evidencian la incoherencia entre lo que afirman los candidatos y lo que se esconde o mimetiza en sus respectivos programas de gobierno.
Apoyado en la experiencia de EPM, un candidato propone involucrar la empresa en el negocio de construcción de vías, asunto extraño a su objeto social. Basta imaginar qué futuro le espera a la entidad si a cada alcalde se le ocurriera al menos una idea similar: casas sin cuota inicial, proyectos inmobiliarios o ensamble de vehículos eléctricos. Cualquier cosa cabría por semejante boquete.
“Algunos planteamientos electorales evidencian la incoherencia entre lo que afirman los candidatos y lo que se esconde o mimetiza en sus respectivos programas de gobierno”
Así nació “EPM sin fronteras” y hoy se hace necesario deshacer los disparates cometidos. La excusa es Hidroituango, pero aún sin esa contingencia tarde o temprano habríamos llegado al mismo llanito: desandar lo andado. EPM no existe para hacer negocios de esa índole. No es para eso que la comunidad la ha decidido entidad pública.
Otro candidato reduce su visión sobre EPM a dar continuidad a la política de un alcalde en cuyas narices se desmanteló y destruyó UNE.
Una idea interesante como la de retribuir dividendos a los accionistas vía tarifas sin atropellar la regulación ni caer en populismos dañinos, termina deslegitimada por el oportunismo de un candidato desmemoriado que deambula por el espectro político destruyendo con su lenguaje carroñero el trabajo colectivo de tanta gente en Hidroituango.
No se respeta la autonomía de EPM cuando se estruja su objeto social con responsabilidades que no le corresponden. De buenas intenciones está empedrado el infierno. Es asunto de supervivencia institucional cumplir el rol que señalan sus estatutos.
El respeto por su autonomía exige reconocer que la continuidad empresarial depende de la planeación de largo plazo y no de la administración de turno, porque el hilo conductor lo provee su recurso humano. La empresa ha sido capaz de salir adelante, aún con gerentes o gobernantes pésimos, que los ha habido. No obstante, respetar a EPM pasa por sustraerla de la repartija burocrática de turno. La entidad existe para el largo plazo y para ser útil a los dueños que son los ciudadanos, no para maquillar con sus utilidades la imagen de funcionarios ocasionales ni para promocionar sus ambiciones políticas.
“El respeto por su autonomía exige reconocer que la continuidad empresarial depende de la planeación de largo plazo y no de la administración de turno, porque el hilo conductor lo provee su recurso humano”
Dos amenazas serias de naturaleza externa penden sobre EPM. De un lado, la pretensión de volverla ejecutora de programas de gobierno y del otro, la cooptación por grupos empresariales interesados en sus negocios. Convertir las tarifas en instrumento político al servicio del alcalde o asignar a la entidad objetivos extra empresariales son planteamientos corrosivos que lesionan y comprometen su futuro.
Existen retos internos inmediatos: Salvar Hidroituango a despecho de un gobernador resentido e irresponsable, socio del proyecto. Recuperar la confianza ciudadana y visibilizar lo que allí haya ocurrido, con TODAS sus consecuencias. Retomar para la comunidad a UNE, hoy en las manos incompetentes de Millicom, mediante una relación societaria que es una bofetada para el patrimonio público y para la ciudad.
Recuperar la visión social, en mala hora extraviada por privilegiar el enfoque utilitarista. Se trata de permanecer y crecer y para ello hay que generar utilidades, pero la manera de lograrlas, aplicarlas y medirlas demanda un perfil gerencial diferente. La rentabilidad de EPM se tiene que entender en otros terrenos, además del financiero. No es lo mismo gestionar una entidad pública que una privada cuyo ánimo es el lucro. Algún día, aun el sector privado tendrá que reconocer que las utilidades son una consecuencia y no un objetivo.
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