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Cómo saber si tiene que declarar renta
Las fallas humanas, bien en factibilidad, en diseño, en obra, en interventoría y en especial, en la toma de decisiones constructivas, muchas veces son la causa del colapso de las obras de ingeniería. Columna de Oswaldo Ordoñez.
Por Oswaldo Ordóñez Carmona, Geólogo, Máster y Doctor en Geociencias, Profesor de la Unal.
Desde abril de 2018 y gracias a la contingencia de Hidroituango, Colombia ha experimentado una actividad mediática única, la cual enseña y pone nuevas realidades en las mega obras de cara al siglo XXI; donde lo social, lo técnico, lo ambiental y lo pasional han jugado roles y relevancias, tanto mesuradas, como extremistas y alarmistas.
Destácase el nacimiento de los ¨ituangólogos¨, personajes mediáticos que tienen como objetivo ridiculizar, menospreciar, generar juicios inquisidores y hasta recrean escenarios apocalípticos, sobre lo que pasará con la obra, basados en alguna información o con fotos o videos cada vez que un nuevo problema es hallado en obras subterráneas, taludes o zonas del embalse. Lo interesante de ellos es que jamás se les ve en posición propositiva y proactiva sobre cómo resolver esta crítica situación.
“Destácase el nacimiento de los ituangólogos, personajes mediáticos que tienen como objetivo ridiculizar, menospreciar, generar juicios inquisidores...” |
Si Hidroituango se recupera y puede generar energía, lo generado en una hora podría abastecer, en cerca de cuatro veces, el consumo del área metropolitana de Medellín o bien sería suficiente para abastecer la demanda energética de Bogotá; esto es lo que representa Hidroituango, un proyecto colosal, dimensionado para que Colombia esté tranquila en términos de oferta energética, que garantizaría el suministro para los hogares, así como ofrecería la disponibilidad energética que permita planear y ofertar el país, de cara al siglo XXI, al desarrollo tecnológico, en especial en temas y empresas, tipo cuarta revolución industrial.
Los costos iniciales, cercanos a 3.500 millones de dólares, muy posiblemente se duplicarán, gracias a todo lo que debe hacerse en términos de reparación, nuevos estudios, medidas de compensación a comunidades y a demandas de tipo contractual que se generarán, entre todos los participantes de esta mega obra, capítulo que apenas inicia y que será tema futuro a seguir con detenimiento. EPM y los socios del proyecto deben contemplar la posibilidad de este enorme incremento y sopesar, inicialmente, costo de recuperación versus equilibrio económico; sumándole esta vez la seguridad geotécnica de la obra, orientada a garantizar la tranquilidad para las comunidades aguas abajo del sitio de presa.
“Las fallas humanas, bien en factibilidad, en diseño, en obra, en interventoría y en especial, en la toma de decisiones constructivas, muchas veces son la causa del colapso de las obras de ingeniería" |
“Las fallas humanas, bien en factibilidad, en diseño, en obra, en interventoría y en especial, en la toma de decisiones constructivas, muchas veces son la causa del colapso de las obras de ingeniería”
La contingencia y lo que llevó a estar en esta situación no es algo 100% responsabilidad de la geología, de las rocas o del entorno geotécnico del sitio de presa. Las rocas fracturadas y afectadas por fallas, son algo propio en la geología de los Andes colombianos y no siempre es defendible que se trate de escudar y justificar los errores o problemas de obras con la presencia de fallas geológicas.
Las FALLAS HUMANAS, bien en factibilidad, en diseño, en obra, en interventoría y en especial, en la toma de decisiones constructivas, muchas veces son la causa del colapso de las obras de ingeniería. En Hidroituango, la suma de muchas decisiones ¨de negocio¨, todas muy humanas, tomadas sin la evaluación técnica rigurosa, apuntan a ser las responsables de esta crítica situación, tema que estará en la mesa de procesos y peritajes, pero que difícilmente podemos ocultar ante lo crítico de esta situación, quedando en el ambiente aquella pregunta: ¿qué pasó con los ingenieros y con la INGENIERÍA al momento de la toma de decisiones ¨de negocio¨?
Finalmente, debe destacarse que la obra y su recuperación están hoy en manos de ingenieros técnicos, ya el ¨negocio¨ no es la prioridad, la prioridad es la recuperación del macizo, de las obras y de poder poner en funcionamiento esta vital obra, garantizando seguridad y tranquilidad para comunidades, para el país y para la viabilidad técnica y económica de Hidroituango; en eso todos debemos aportar y generar confianza.
Después de Ecopetrol, el Grupo EPM es el segundo mayor contribuyente a la Nación, con pagos anuales cercanos al billón de pesos en impuestos.
Editorial SINPRO
El Grupo EPM genera 14.000 empleos directos y 46.000 indirectos, es decir, uno de cada 100 trabajadores en Antioquia y dos de cada 100 en Medellín están ligados de alguna manera a él. Ese impacto se complementa con otro, también de gran magnitud, como es el de la cobertura de los servicios que les presta a los ciudadanos, a la industria y al comercio en general, en cuanto a energía (96,1%), acueducto (96,6%), aguas residuales (93,3%) y gas (84,6%), fundamentalmente en la ciudad y el departamento.
Al revisar las transferencias de EPM al Municipio de Medellín en los últimos cinco años, se encuentra que éstas son de $5,3 billones, que sumados a $600.000 millones de la venta de las acciones en Isagen, equivalen al 112% del presupuesto total de la ciudad para 2019, que es de $5,27 billones. En transferencias del sector eléctrico EPM destinó, en ese mismo período de cinco años, poco más de $340.000 millones para 53 municipios y tres corporaciones autónomas regionales de Antioquia. Después de Ecopetrol, el Grupo EPM es el segundo mayor contribuyente a la Nación, con pagos anuales cercanos al billón de pesos en impuestos. En conclusión, EPM es más que una gallina que pone huevos de oro, es una vaca con leche abundante y de muy buena calidad para el país.
“Después de Ecopetrol, el Grupo EPM es el segundo mayor contribuyente a la Nación, con pagos anuales cercanos al billón de pesos en impuestos” |
En las últimas dos décadas ha sido usual que los alcaldes de Medellín y los gobernadores de Antioquia lideren los índices de favorabilidad de mandatarios en Colombia, fenómeno que para expertos en marketing político se explica, fundamentalmente, en dos aspectos: la protección que los antioqueños dan a sus dirigentes y los recursos con que cuentan esos gobernantes para su gestión, muchos de los cuales se soportan en la infraestructura, servicios y aportes económicos provenientes de EPM.
Resulta entonces incomprensible que a pesar de la importancia de EPM para el desarrollo local, regional y nacional, exista quienes, encabezados por el Gobernador de Antioquia y otros politiqueros de profesión, hayan aprovechado la contingencia de Hidroituango para desinformar o decir verdades a medias, que buscan hacer daño a una empresa símbolo de transparencia, de eficiencia, de confiabilidad y de solidez, y como ejemplo de que es posible confiar en lo público.
No todo es color de rosa en EPM, esa es una realidad inocultable. Eso puede verse, por ejemplo, con la reciente desvinculación de una veintena de empleados, motivada, según la empresa, por “una decisión administrativa” que, sin embargo, solo apunta a ciertos niveles en la organización, pero ninguno a los directivos.
Desde hace varios años nuestra organización sindical ha reclamado a la empresa retomar los rigores técnico, jurídico y financiero característicos de EPM, debilitados por algunas administraciones recientes, especialmente la del ex gerente Juan Esteban Calle, que teniendo como excusa la austeridad, hizo de la planeación un mero nombre y propició el recorte de los recursos para el mantenimiento de infraestructura y para la capacitación del talento humano, base del éxito histórico de la empresa y cimiento para su futuro. Recortes enmascarados en austeridad que, acompañados de alto endeudamiento, se orientaron para invertir en el exterior… Los resultados de esas “inversiones” ya se conocen, desperdiciando gran parte de la leche.
Ahora bien, el tema de la austeridad reclamada tras la contingencia de Hidroituango parece enfocarse sólo a la empresa, puesto que el Alcalde de Medellín, Presidente de la Junta Directiva de EPM, no da ejemplo y, por el contrario, no solo sigue recibiendo parte de las utilidades de EPM ($1,1 billones presupuestados) sino otros $177.276 millones provenientes de los mayores excedentes aportados por EPM, y además siguió gastando miles de millones de pesos en publicidad. En materia de austeridad parece que el Alcalde se hace el desentendido.
Hay que dejar en claro que EPM es mucho más que Hidroituango, como lo evidencian los resultados de la empresa, pero una parte importante de su futuro sí está ligado al del proyecto. De ahí la importancia de que la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) levante lo más pronto posible la Resolución 0820 de 2018, que solo permite realizar actividades orientadas a proteger la vida de las comunidades afectadas, y restringe cualquier otra actividad.
“EPM es mucho más que Hidroituango, como lo evidencian los resultados de la empresa, pero una parte importante de su futuro sí está ligado al del proyecto" |
Con todo este panorama, es necesaria la unión efectiva de los ciudadanos y las organizaciones para defender y fortalecer a EPM como entidad 100% pública sostenible, y asegurar muchas más décadas de bienestar y progreso para los medellinenses, los antioqueños y los colombianos.
Si bien se estima que las transferencias hasta 2023 superen cada año el billón de pesos, a excepción de 2020 cuando serían de $769 mil millones, éstas podrían verse afectadas por los nuevos compromisos adquiridos con la recuperación y puesta en marcha de Hidroituango, por lo que es necesario, entre otros, repensar y disminuir el porcentaje de las transferencias al Municipio. Como dice el adagio popular: “A la vaca que te da la leche no hay que extraerle la ubre”.
Hidroituango, para el Sistema Interconectado Nacional, es más que fundamental; su entrada paulatina en operación posibilitará estabilizar el mercado energético del país.
Son innumerables las noticias, opiniones, análisis, debates y vaticinios sobre Hidroituango a partir de la contingencia del proyecto hidroeléctrico, momento desde el cual, con absoluta responsabilidad, EPM puso en marcha todas las acciones y dispuso de los recursos necesarios para proteger la vida de las personas, atender las poblaciones afectadas y reducir los impactos ambientales.
La tarea ahora es recuperar y continuar adelante con la obra, máxime si se tiene en cuenta lo que ésta le aportará en desarrollo y en generación de recursos a Antioquia y a todo el país. Esto debe ser entendido y asumido como prioridad, no solo para EPM sino para todos los actores que se beneficiarán directamente del proyecto: los propios ciudadanos, la Sociedad Hidroituango, la Gobernación de Antioquia, los municipios de las áreas de influencia y la Nación, en cuyas manos, a través de la Agencia Nacional de Licencias Ambientales (ANLA), está la clave para retomar los trabajos de cara a ese propósito.
Equilibrio
Tras superar la parte más compleja de la contingencia de Hidroituango, urge tomar la mejor decisión con respecto al proyecto, poniendo sobre la balanza todos sus componentes: social, ambiental, energético y financiero. No se puede dejar de lado que cada uno de esos componentes ha sido afectado, pero la tarea debe ser seguir adelante; de no hacerlo, además de poner en riesgo la pérdida de la inversión, de algo más de $11 billones destinados a la obra, y aún de los sobrecostos generados, es necesario pensar en los recursos que se necesitarían para desmontar el proyecto. Adicionalmente es claro que, de no continuar con las obras, se afectarían tanto el sistema energético nacional como las finanzas actuales y futuras de EPM, Medellín, Antioquia, la Nación y los 12 municipios del área de influencia. Eso sin contar el impacto ambiental en el hipotético caso de un desmonte.
Energía para el país
De levantarse lo más pronto posible las restricciones impuestas por la ANLA para continuar con las obras de construcción, se espera que en 2021 la central hidroeléctrica Ituango comience a generar los primeros Megavatios (MW) para el Sistema Interconectado Nacional.
En Colombia hay 27 proyectos hidroeléctricos vigentes, los cuales están ubicados en varios departamentos: Antioquia (7), Santanderes (4), Chocó (3), Caldas (3), Tolima (3), Risaralda (2), Cauca (2) y Boyacá (1).
“Entre Chivor, Hidrosogamoso y El Quimbo se obtienen en suma 2.219 MW, cifra por debajo de los 2.400 MW que generará Hidroituango...” |
Entre Chivor (1.000 MW), Hidrosogamoso (819 MW) y El Quimbo (400 MW) se obtienen en suma 2.219 MW, cifra por debajo de los 2.400 MW que generará Hidroituango una vez esté al cien por ciento de su capacidad, con lo que aportará el 17% al Sistema Interconectado. El otro gran proyecto, El Guavio, genera 1.240 MW, un poco más de la mitad de Hidroituango.
Esas solas cifras dan cuenta de lo que significa el proyecto para el país, que, si bien hoy no está en riesgo de sufrir un apagón, con la demanda proyectada a 2022 sí requiere de la entrada en operación de Hidroituango y fortalecer de paso la necesaria diversificación de las fuentes de energía. Un dato: en la última subasta de energía predominó la oferta de las centrales de generación térmicas (27 de 36 propuestas).
Recursos para inversión social
Los informes de gestión de las últimas dos administraciones de cada uno de los 12 municipios del área de influencia de las obras de Hidroituango se vieron fortalecidas con las inversiones que el proyecto les dejó en vías, vivienda, infraestructura para educación, deporte y cultura, servicios públicos, proyectos productivos y más de 25.000 empleos entre directos e indirectos, balances que probablemente no se hubiesen podido incluir en sus informes sin los recursos provenientes de la obra.
Cuando Hidroituango esté operando con toda su capacidad, se prevé que sus ventas podrían ser de hasta $7 billones anuales, que deberán destinarse, entre otros, a la operación, al pago de las entidades crediticias y de impuestos a los municipios, a las corporaciones autónomas regionales y a la Nación. Esto, en resumen, quiere decir que las administraciones de Briceño, Buriticá, Ituango, Liborina, Olaya, Peque, Sabanalarga, San Andrés de Cuerquia, Santafé de Antioquia, Toledo, Valdivia y Yarumal tendrán garantizados a futuro muchos más recursos para inversión social.
Lo anterior no es un dato menor si se tienen en cuenta, además, que EPM es el segundo mayor contribuyente del país, después de Ecopetrol. En 2018 EPM pagó $516.000 millones en impuestos a la Nación y poco más de $74.000 millones a 53 municipios de las subregiones de Antioquia y a las corporaciones autónomas, por concepto de transferencias del sector eléctrico y uso del agua. Y a esas cifras se les deben sumar las transferencias que la empresa le hace cada año a su dueño, el Municipio de Medellín, que en 2019 serán de $1,3 billones para inversión social. Esos números y destinos, por sí solos, justifican que todo el país y sus instituciones brinden su apoyo al proyecto.
Potencial turístico
La represa de Guatapé, La Fe y Piedras Blancas en el oriente de Antioquia y el embalse del lago Calima en el Valle del Cauca, son algunos de muchos ejemplos palpables de lo que significa el aprovechamiento de la industria turística alrededor de este tipo de obras, lo que trae consigo generación de empleo y de recursos para los municipios.
Esos potenciales turísticos son otros de los grandes beneficios que podrán aprovechar los municipios del área de influencia de Hidroituango y de otras poblaciones cercanas, privilegiadas de por sí por una bella geografía con climas diversos. Es importante tener en cuenta que el turismo en Colombia representa poco más del 4% del Producto Interno Bruto del país.
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