Agosto de 2024
Después de enfocarse en proyectos fuera de Colombia, EPM da un giro para consolidar su presencia y liderazgo en Antioquia y el país. Urabá antioqueño, el gran beneficiado.
En sus primeros encuentros con los medios de comunicación al asumir el cargo, el gerente general de EPM, John Alberto Maya Salazar, anunció que uno de los principales proyectos de la empresa es construir el sistema de acueducto y alcantarillado del Urabá antioqueño, iniciativa que refuerza la pretensión que EPM vuelva a su esencia y coincide con un tema planteado como prioritario para la empresa por diferentes actores sociales, académicos, gremiales y el nuevo Concejo de Medellín en los Diálogos de Ciudad liderados por SINPRO.
La subregión del Urabá antioqueño presenta un gran potencial de crecimiento gracias a los proyectos de infraestructura vial y portuaria en desarrollo, lo que hace que esta apuesta sea estratégica para EPM.
La subregión aporta hoy el 5,38% del PIB de Antioquia, tiene 12.981 empresas registradas (28,6% jurídicas y 71,4% naturales), aunque por otro lado representa grandes desafíos al tener el 42% de su territorio en zona rural, 49,5% con necesidades básicas insatisfechas, 62% de su población ha sido víctima del conflicto, la tasa de desempleo está por el 14,5% y el 87,85% de sus habitantes se encuentra en informalidad laboral. Lo cierto es que esas cifras cambiarán cuando esté en plena operación Puerto Antioquia. (Ver infografía)
Aunque esta estrategia es nueva, EPM no es un recién llegado a Urabá. Desde 2006 tiene presencia, cuando asumió la prestación del servicio que venía atendiendo la desaparecida Empresa Antioqueña de Energía, EADE. Más adelante lo hizo con los servicios de acueducto y alcantarillado en algunas localidades, y hoy tiene presencia en nueve de los 11 municipios que componen esta subregión, a la que se suma Dabeiba, en el Occidente del departamento.
Abordamos al gerente regional de EPM en Urabá, Luis Fredy Mejía Betancur, quien recordó que, hace unos años, el Grupo EPM estableció una arquitectura institucional y analizó todas las variables para tomar la decisión de atender a subregiones como Urabá desde un Modelo de Integración Territorial, MIT, que tiene sus antecedentes en el Bajo Cauca, dado que las obras del proyecto Hidroituango no solamente implicaron una transformación físico espacial.
Para EPM la definición del MIT es “un instrumento flexible y escalable, que permite establecer estrategias de gerenciamiento sistémico de las intervenciones de desarrollo propiciadas por el Grupo en sus zonas de influencia”; en la práctica el MIT trabaja en cuatro componentes: ambiental, físico espacial, económico e institucional.
Este no es un trabajo que EPM desarrolla en solitario, sino que lo hace en alianza con los municipios, la Gobernación de Antioquia, las corporaciones autónomas regionales, las universidades y la comunidad; para el tema de la financiación se busca el apoyo del gobierno nacional. “Hablamos con el Viceministerio de Agua y Saneamiento buscando recursos para que las cosas pasen. Queremos llegar de manera sostenible y responsable a los territorios, con la buena reputación de EPM”, manifiesta el gerente regional de EPM en Urabá, Luis Fredy Mejía.
Proyecto Sable
Si bien en un inicio se habló de la construcción de un acueducto regional para Urabá, los costos, estimados en más de un billón de pesos, hicieron que se reconsiderara esa opción y se abordara por parte de EPM el llamado proyecto Sable, que consiste en captar las aguas del río León para llevar el servicio de acueducto a los municipios de Turbo, Apartadó y sus respectivos corregimientos. (Ver infografía)
La inversión en el proyecto Sable se estima entre $250.000 y $350.000 millones, fondos que se obtendrán gracias a los esfuerzos conjuntos de EPM, los municipios, la Gobernación de Antioquia y el gobierno nacional.
Soluciones innovadoras
En Urabá, específicamente en Turbo, se construyó un acueducto aéreo innovador. EPM instaló seis kilómetros de tubería suspendida en el aire, ya que las viviendas están ubicadas en una zona de manglar, lo que impide la construcción de un acueducto tradicional. Esta solución demuestra el enfoque innovador de la gestión actual de EPM, que se asocia a temas como el cambio climático, gestión de la biodiversidad y el cuidado de las fuentes hídricas.
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Agosto de 2024.
Paola Holguín y Juan Espinal nos cuentan cómo va el proyecto de ley para proteger al río Aburrá, conocido como río Medellín, al que se ha unido la bancada antioqueña en el Congreso de la República.
Hace algunos meses visitamos los talleres del Metro de Medellín ubicados en el municipio de Bello. Durante nuestra conversación con el gerente de la empresa, uno de los temas centrales fue la falta de atención e intervención de todas las entidades en el río Aburrá, el más importante del área metropolitana, que cubre más de 100 kilómetros lineales y atraviesa 14 municipios, donde confluyen más de tres millones de ciudadanos.
A pesar de existir mecanismos de protección como los Planes de Ordenación y Manejo de Cuencas Hidrográficas (POMCA) y el Consejo de Cuenca, la ausencia de una institución pública con autonomía administrativa, financiera y jurídica, como lo fue en su momento el Instituto Mi Río, ha dejado un vacío significativo.
En respuesta a esta necesidad, radicamos en el Congreso de la República un proyecto de ley que busca declarar al río Aburrá como ‘Sujeto de Derechos’. Esta iniciativa promueve conceder al río, su cuenca y afluentes, personería jurídica y crea el Comité de Orientación y Planificación del río Aburrá – COPRA, para adelantar acciones, recaudar recursos provenientes de entidades públicas, cooperación internacional y particulares interesados en la recuperación, conservación y protección del río. Esta herramienta se fundamenta en la Sentencia T-622 del 2016, que declaró al río Atrato como Sujeto de Derechos.
Este proyecto, cuya importancia ha sido reconocida por diversos actores, ha logrado convocar a toda la bancada de congresistas antioqueños y se ha socializado en enriquecedores espacios de diálogo en los concejos municipales de Caldas, La Estrella, Envigado, Bello, Girardota y Medellín, al igual que en la Asamblea de Antioquia, donde se han recogido ideas y recomendaciones que permiten nutrir el texto y servirán de insumo para la reglamentación, que estará bajo la responsabilidad del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, Corantioquia y Cornare (COPRA).
El río Aburrá, que conocemos como el rio Medellín, cubre más de 100 kilómetros lineales y atraviesa 14 municipios, donde confluyen más de tres millones de ciudadanos.
Símbolo de la región
El río Aburrá no es solo un cuerpo de agua, es un símbolo vital para la región. Históricamente ha sido una fuente crucial de vida, desarrollo y crecimiento económico para el Valle de Aburrá. Su reconocimiento como ‘Sujeto de Derechos’ implica una transformación en la manera en que las políticas públicas abordan su recuperación, conservación y manejo. Esto incluye una perspectiva legal y moral que reconoce al río como un ente viviente con derechos propios, más allá de ser un recurso natural.
El proyecto de ley que hemos presentado no solo busca proteger al río Aburrá, sino también promover una gestión integral y sostenible de sus recursos. La iniciativa establece un marco legal que permite la defensa activa de sus aguas y su ecosistema. Además, la implementación de un instrumento como el COPRA facilitará la movilización de recursos y la ejecución de proyectos.
Uno de los beneficios más significativos de este proyecto de ley es su capacidad para fomentar la participación ciudadana y la cooperación interinstitucional. Al involucrar a diversas entidades públicas, privadas y comunitarias se crea un sentido de corresponsabilidad y compromiso colectivo con la causa ambiental. Esto puede traducirse en acciones más efectivas y sostenibles a largo plazo.
Trabajo en equipo
Es alentador ver cómo el Concejo Distrital de Medellín y la Asamblea Departamental de Antioquia están sesionando conjuntamente para analizar las problemáticas que enfrenta el río.
La Junta del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, liderada por el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, ha destinado recursos hasta por hasta $50 mil millones para intervenir los puntos críticos identificados en un estudio de la Universidad Nacional, que señala 84 áreas prioritarias; y el Plan de Gestión del Área 2024 - 2027 que contempla una inversión de $1,7 billones, tiene como uno de sus ejes centrales: ‘Hábitat Sostenible, la conexión de nuestro rio Aburrá Medellín con la movilidad, los corredores verdes y una gran red ecológica para un Aburrá verde’.
La aprobación del proyecto de ley en su primer debate en la Cámara de Representantes es un paso significativo, pero aún quedan tres debates más para que se convierta en Ley de la República. Este proceso legislativo es crucial para asegurar que el río Aburrá reciba el reconocimiento que merece.
Llegó el momento de ponerle la cara al río Aburrá con acciones concretas. El reconocimiento del río como ‘Sujeto de Derechos’ es un primer y crucial avance en la lucha por su recuperación, protección y conservación. Es fundamental que sigamos trabajando juntos, desde todos los frentes, para garantizar un futuro sostenible para el río Aburrá y, por ende, para toda la región. La salud del río es un reflejo de nuestra propia salud y bienestar como sociedad.
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Agosto de 2024.
Apartes de una conversación con el director de Comfama, David Escobar Arango sobre lo que significa servir.
Para David Escobar, quien también es magíster en Administración Pública con experiencia en Orbitel, UNE e Interactuar, es momento de tener “una definición más amplia que la que da la normativa colombiana” del servicio público. Según el líder de la Caja, “un servidor público es toda aquella persona que le dedica la energía vital y el tiempo de trabajo que tiene a servir a los demás”, poniendo por delante el “sentido esencial de lo cívico, es decir, que se ocupa de los asuntos de todos”. Para lograrlo en tiempos desafiantes como los actuales, realizó tres invitaciones:
Plantear una propuesta de futuro que genere entusiasmo
¿Qué moviliza a los servidores públicos? Algunos han llegado al servicio público desde un peregrinaje que surge en momentos de adversidad. Otros, desde una vocación innata o una chispa que se enciende desde el hogar, transmitida de generación en generación. Pero el propósito no es lo único que conecta a las personas con el servicio público. Para atraer al talento joven más competente, hay que agarrar el propósito con una mano y, con la otra, los relatos que se cuentan sobre lo que hace la organización. Es importante que sean atractivos, que tengan una propuesta de futuro que genere entusiasmo, que estén asociados a los valores de esta época.
Ser más vocales
Así como los líderes del sector privado y del sector social, los servidores públicos tienen el reto de desarrollar capacidades para abrazar la coyuntura como la oportunidad para conjugar el servicio con audacia y honestidad.
En los años 50, hacer era suficiente. Hoy, el papel de los líderes y de los servidores públicos ha cambiado un poco porque, además de hacer, debemos ser más vocales y decir lo que pensamos, exponer nuestros valores para que la gente sepa en qué creemos. Las personas confían más en quienes tienen unos valores transparentes y claros, y lo comunican con la misma transparencia y claridad.
Ampliar la perspectiva
El trabajo de impactar positivamente la vida de los demás se nutre cuando se puede pensar en décadas que ha sido una de las reflexiones de los 70 años de Comfama. Esta capacidad de ver el pasado y el futuro con perspectiva les permite a los servidores públicos sembrar con confianza, coraje y determinación, con valores claros y sin miedo a hacer lo correcto. Liderar no solo es inspirar, es hacer cosas para que el presente mejore y el futuro cambie con paciencia y con visión. Trazar caminos, proponer conversaciones, edificar puentes y forjar nuevos destinos hace parte del servicio público.
Revive aquí la conversación: https://www.youtube.com/watch?v=I8EAGue3njs&t=2578s
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