Después de un arduo proceso, en el que no claudicamos en nuestro propósito fundamental de defender los derechos de todos los trabajadores, llegamos a un acuerdo para una nueva vigencia de la Convención Colectiva de Trabajo entre SINPRO y UNE EPM Telecomunicaciones S.A.
Este camino no fue fácil, pues al tiempo que presentábamos múltiples propuestas de beneficio para afiliados y empresa, debimos recurrir a instancias legales y administrativas para que se garantizaran los derechos laborales y sindicales de los trabajadores. En ese trayecto hubo momentos frustrantes, en los que tras estar seguros de haber llegado a feliz término, se presentaban nuevas situaciones que nos hacían retroceder casi al punto de inicio.
En este acuerdo, del que daremos los detalles una vez se haga el depósito ante el Ministerio del Trabajo, quedan consignados los puntos de vista de UNE y de SINPRO frente a los antecedentes, vigencia y desarrollo del conflicto laboral colectivo entre las partes.
La administración de UNE EPM Telecomunicaciones S.A. efectuará los ajustes necesarios para la aplicación de este acuerdo, cuya vigencia será de cuatro (4) años.
Agradecemos a los afiliados que pese a las dificultades de este proceso, permanecieron firmes y confiaron en las acciones adelantadas por SINPRO, cuyo propósito fundamental, reiteramos, es defender los derechos actuales y futuros de todos los trabajadores de la empresa.
SINPRO
EPM, históricamente, ha superado exitosamente diferentes retos, lo que ha convertido a la empresa en referente nacional e internacional por su rigurosidad técnica, por la capacidad de su gente y grupo de contratistas; así como su compromiso ambiental y social.
Esas fortalezas, que la han distinguido como verdadera fuente de bienestar y progreso para Medellín, para Antioquia y para Colombia, se han evidenciado, una vez más, con este hito de cierre de la segunda compuerta de captación, lo que permite disminuir los factores de riesgos de la población aguas abajo y recuperar la casa de máquinas del proyecto.
Esa medida tendrá impactos ambientales y sociales por la reducción de los caudales del río Cauca, los cuales están siendo gestionados con toda rigurosidad por la empresa, sus contratistas y las diferentes entidades que hacen parte del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo. Entendemos que es una decisión difícil de asumir pero nada es más importante que la protección de la vida de las personas.
Desde SINPRO ratificamos nuestro respaldo a las decisiones que ha tomado EPM para cumplir con estos propósitos, pues estamos convencidos de que se ha hecho con todos los análisis técnicos y absoluta responsabilidad ambiental y social.
Este es el momento en que trabajadores y ciudadanía debemos estar más unidos, brindando toda la energía positiva para superar la contingencia del proyecto, seguir protegiendo la vida y el medio ambiente, y continuar adelante con la obra.
SINPRO
Desde el nacimiento de SINPRO, hace 16 años, la defensa de los derechos laborales, la sostenibilidad empresarial y la defensa del patrimonio público marcan la agenda del Sindicato de Profesionales.
El Acuerdo 069 de 1997 transformó a EPM en una Empresa Industrial y Comercial del Estado, 100% pública, de propiedad del Municipio de Medellín, y con una característica especial como ente autónomo. Esa condición pudo ser un golpe para la clase política y para algunos privados que ya la tenían en la mira. Pero no se quedaron quietos; los privados se fueron acercando poco a poco, al punto que son mayoría en la Junta Directiva de EPM y controlan a UNE; la clase política, por su parte, a través del Alcalde de la época -hoy Gobernador -, pretendió enquistarse en ella y arrasar lo construido en medio siglo.
Era necesario entonces proteger a EPM tanto de la politiquería como de quienes de forma subrepticia iban abriendo puertas para conducirla a su privatización, por lo que las intenciones de unos y otros parecían estar lejos de querer aportarle a la empresa, como debería ser, sino lucrarse de ella.
Esos hechos, no solo ponían en peligro la sostenibilidad de EPM, sino también a cientos de trabajadores cuyo rigor histórico en todas sus actuaciones había sido y sigue siendo clave para ubicar a EPM como la más importante empresa prestadora de servicios públicos del país, que efectivamente aporta a la calidad de vida de millones de ciudadanos.
En ese contexto y ante esas amenazas, el 10 de octubre de 2002 nacimos como Sindicato de Profesionales de EPM, que hoy 16 años después y bajo el nombre de SINPRO, contamos con 4.200 afiliados en EPM, UNE y Huawei; que han fortalecido nuestra filosofía sindical basada en tres principios, hoy más vigentes que nunca: la defensa natural de los derechos de los trabajadores, el aporte a la sostenibilidad de nuestras empresas y la defensa del patrimonio público, propósitos al que se nos han unido la Confederación General del Trabajo (CGT) y sus 700 mil afiliados en el país.
Lejos del concepto tradicional del sindicalismo y como único sindicato de Colombia adherente al Pacto Global de la ONU, desde SINPRO hemos desarrollado nuestros principios y actuaciones con una visión más amplia, conciliadora, ajustada a las nuevas realidades, abierta al disenso, con un carácter crítico y propositivo, y con un lenguaje respetuoso pero firme y autónomo, no exenta de constantes dificultades y desafíos.
Uno de ellos es el conflicto laboral colectivo que tenemos con UNE, para cuya resolución hemos presentado propuestas novedosas y explorado alternativas que conduzcan a un acuerdo justo y equilibrado para la empresa y para nuestros afiliados, que han soportado estoicamente la poca voluntad de la administración de UNE para la culminación de este conflicto, que ya hemos debido llevar a instancias superiores, como también lo referente a la situación de nuestros afiliados en Huawei.
Nuestra responsabilidad con la sostenibilidad de EPM y con la defensa del patrimonio público representado en ella, que sustentamos en la planeación estratégica que tenemos como sindicato de profesionales, ha hecho que pongamos como tema de discusión pública el porcentaje de las transferencias que EPM le hace a Medellín, en un momento en el que la contingencia del Proyecto Hidroeléctrico Ituango ha hecho necesaria incluirla como agenda especial de ciudad y de país.
En este debate, que no da espera, debemos participar todos: Municipio de Medellín, EPM, Concejo de Medellín, Asamblea de Antioquia, organismos de control, academia, sindicatos, trabajadores, gremios, ciudadanos y los medios de comunicación. No se puede olvidar que están en juego gran parte del futuro de EPM y de la inversión social de la ciudad. En nuestro caso, es fundamental que entendamos que como miembros de una organización sindical y como servidores públicos nuestra responsabilidad va más allá de defender nuestros derechos, tenemos que defender y custodiar el patrimonio público representado en EPM y en UNE.
Estamos convencidos de que si continuamos con el norte que nos hemos trazado, seguiremos ganando espacios dentro y fuera de las empresas en torno al desarrollo de los principios con que nacimos; en esa tarea esperamos seguir contando con nuestros afiliados, con todos los trabajadores y con las diversas organizaciones y personas que se nos sigan uniendo en estos propósitos.
Frente a la comunicación de UNE a los trabajadores sobre un “Plan de Retiro Voluntario Dirigido”, SINPRO manifiesta:
- Que no existe voluntariedad de parte del personal en un plan de retiro que como lo dice la comunicación, está “dirigido a un grupo específico de colaboradores”.
- Que la administración de UNE se burla de la capacidad intelectual de los trabajadores al indicar contradictoriamente que este es un “plan de retiro voluntario dirigido (…) teniendo en cuenta el interés manifestado por un grupo de empleados”.
- Que esta es otra forma de presión indebida de parte de la administración de UNE a los servidores de la empresa, que sumada a la sobrecarga y el acoso laboral permanente, buscan forzar la salida de trabajadores y continuar con su plan de desmantelamiento de personal, de las convenciones colectivas de trabajo y de los sindicatos, prácticas que se han extendido a los trabajadores que prestan sus servicios a través de Huawei TMSC SAS.
- Que este es el tercer plan de retiro “voluntario” que en los últimos tres años realiza la administración Millicom en UNE, dentro de los propósitos ya mencionados y que son totalmente violatorios de lo pactado en el Acuerdo 17 de 2013, que dio vida a la mal llamada fusión UNE-Millicom.
- Que es importante que los trabajadores mantengan la calma frente a este tipo de presiones indebidas de parte de la administración de la empresa.
- Que acogerse a una decisión de esta magnitud es totalmente individual, por lo tanto sugerimos no tomarla a la ligera ni en tan poco tiempo. Invitamos a que cada trabajador analice detenidamente sus implicaciones en lo referente a su bienestar laboral, personal, familiar, financiero, pensional y hasta tributario de cualquier decisión que tome al respecto.
Recordamos a nuestros afiliados que SINPRO mantiene permanentemente a su disposición el equipo de asesoría legal
SINPRO
Parar ya esta espiral de insensatez
No es con titulares de prensa como un gobernante cumple las obligaciones que el cargo le impone.
Son conocidos los cuestionamientos del señor Gobernador a EPM, constructora y codueña del proyecto Hidroituango, seriamente impactada, tanto como el departamento de Antioquia, por la grave situación que enfrenta la obra.
Personal activo, ex funcionarios, pensionados, pero sobre todo, usuarios y comunidad en general, verdadera dueña de EPM, construyeron y consolidaron este preciado patrimonio colectivo, fuente vital de bienestar y progreso y testimonio visible de que lo público puede ser posible. Las delicadas consecuencias que podrían derivarse del insuceso demandan prudencia de todos los actores que intervienen en la solución del problema.
Bien haría el señor Gobernador en anteponer a sus resentimientos personales y aspiraciones políticas la necesidad de preservar la legitimidad que como gobernante está llamado a defender.
Si sus argumentos y pruebas son tan concluyentes como señala en los medios de comunicación, su obligación es utilizar las vías institucionales para ventilar ante autoridades e instancias competentes las demandas, reclamaciones y pruebas que soportan sus declaraciones. Si no las tiene, o si el trasfondo es otro, necesario es conminarlo a no seguir destruyendo la riqueza colectiva construida por toda la comunidad.
Como cabeza visible del Departamento de Antioquia tiene incluso la facultad de declarar la caducidad del contrato celebrado con EPM así como otras opciones legales. Pero es poco serio señalar con tanta ligereza sin que las investigaciones de las instancias formales hayan determinado responsabilidades. Su insensato proceder constituye no solo un grave detrimento patrimonial sino que pone en riesgo la existencia misma de la organización. Es una declaratoria pública de incompetencia recurrir a caminos tan mezquinos para hacer valer los innegables derechos que le asisten como dueño mayoritario de Hidroituango.
No es con titulares de prensa como un gobernante cumple las obligaciones que el cargo impone. Debería saber que el rigor institucional de la cultura EPM, ese que tanto descalifica y desconoce, y que no ha desaparecido porque su invaluable recurso humano lo sostiene, jamás permitiría la impunidad ni la complicidad si es que hubiese dolo o negligencia como el gobernador irresponsablemente sugiere.
"No es con titulares de prensa como un gobernante cumple las obligaciones que el cargo le impone"
De otro lado, la búsqueda de responsables no requiere procedimientos exóticos ni se puede limitar a niveles intermedios de la organización como parece pensar la cúpula directiva de EPM. También tiene que mirarse a sí misma, tanto hoy como durante todo el desarrollo del proyecto, que cruza varias administraciones municipales y departamentales.
Por supuesto la catástrofe de Hidroituango demanda la intervención institucional así como el control político del Concejo Municipal, sindicatos, academia y todas las organizaciones sociales: conocer sus causas y que todos los responsables asuman las consecuencias. El momento adecuado para hacerlo pertenece a la conciencia de cada actor involucrado. Quizás no sea prudente hacerlo en medio de la tempestad.
Tan dañina como la politización de EPM o haberla puesto al servicio de sus intereses políticos durante el paso del señor Luis Perez Gutiérrez por la Alcaldía de Medellín, es su privatización soterrada e indirecta, consecuencia de haber entregado su administración y dirección a personas que representan intereses particulares de empresas privadas y grupos económicos. Es por ello que se impone devolver a EPM su total autonomía técnica y administrativa y que su conducción y manejo sea confiado a funcionarios que hayan hecho carrera dentro de la misma entidad porque es a ellos y a la comunidad y no a externalidades coyunturales o electorales, que debe EPM su meritoria existencia.
Que los alcaldes respeten la trayectoria interna de sus funcionarios y detengan la perversa practica de incluir a EPM en la repartija burocrática que resulta de cada proceso electoral. Ni para clientelas políticas ni para grupos económicos. EPM es de la comunidad y existe para generar calidad de vida a sus dueños, a sus usuarios, a su entorno. No para hacer buenos a los alcaldes de turno.
Una observación final: La gravedad del caso obliga a limitar las transferencias al Municipio de Medellín, así como repensar el norte de la organización, distorsionado con múltiples negocios en el exterior o enfoques tales como ser una multilatina muy importante. Sin negar posibilidades de ese tipo, no es esa la misión nuclear de la organización.
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