La clave para saber que algo está pasando con nuestra salud mental o con la de una persona de nuestro entorno cercano es el cambio de rutinas. Por supuesto que la pandemia nos cambió la rutina diaria: poco salimos de casa y algunos recorridos se limitan al interior de la vivienda. Nos referimos a la rutina aprendida de levantarnos, asearnos y ponernos presentables, ir al lugar de trabajo, tomar un receso para el almuerzo, continuar con nuestras labores, regresar a casa, comer algo y descansar.
Conservar parte de esos hábitos de comportamiento es relevante para nuestro funcionamiento vital. Si observamos que no queremos salir de la cama, que obviamos el baño o casi no tenemos apetito, hay que hacer un alto y pensar qué puede estar ocasionando esas decisiones. También es importante estar atento a los cambios en el sueño. Tanto el insomnio como dormir demasiado pueden afectar el rendimiento laboral y nuestra calidad de vida en general.
“Tanto el insomnio como dormir demasiado pueden afectar el rendimiento laboral y nuestra calidad de vida en general.”
Otro aspecto para tener en cuenta es la labilidad emocional. El término se refiere a cambios intempestivos en el estado de ánimo. Cuando note que usted o una persona cercana tengan ataques de llanto o de rabia sin motivo aparente o motivados por asuntos menores, haga un alto en el camino y revise qué está pasando. Conversaciones con sus familiares pueden ayudarlo a establecer las razones y superarlas. Si el asunto es más serio, piense en consultar con un especialista.
Lo que no puede permitir es que los cambios de ánimo lo lleven a tener peleas importantes con su núcleo familiar. Aquí debemos resaltar la importancia de las redes de apoyo con las que cuenta y entre los que están familia, amigos y aquellas personas que lo acompañan en sus actividades frecuentes (deporte, cultura, religión, entre otros). Es importante que durante la pandemia no pierda los vínculos que tiene con otras personas, a pesar del confinamiento puede seguir en contacto por medios virtuales. No permita que la apatía y el aburrimiento lo alejen de las personas con las que ha mantenido contacto durante su vida.
Activo y concentrado
Como parte de su rutina diaria no olvide las pausas activas que hacía en su sitio de trabajo. Durante el teletrabajo o el trabajo en casa también debe hacerlas porque, además de un descanso para el cuerpo, son una ayuda para mantenerse concentrados. La pandemia y las preocupaciones asociadas a ella han hecho que perdamos la concentración y hasta la memoria.
Así como las pausas activas durante la jornada laboral, trate de desconectarse y hacer actividades que disfrute después del trabajo. Así no podamos salir, podemos invitar a quienes viven con nosotros y al círculo cercano a ver películas y series, hacer campeonatos de juegos de mesa (hay muchos que se pueden jugar en la virtualidad), elegir un libro y luego comentarlo, invitar a una cata virtual de vinos. Todo es posible según el gusto de cada uno, lo importante es sacar un tiempo para el ocio y espacios para estar solos, en los cuales cada persona tenga la oportunidad de meditar o cualquier actividad que pueda realizar sin compañía.
“La pandemia y las preocupaciones asociadas a ella han hecho que perdamos la concentración y hasta la memoria”.
Es muy importante no olvidar a las personas que viven solas y a los jubilados, quienes viven un duelo por la pérdida de su vida laboral por lo que fácilmente pueden deprimirse, en especial en estos tiempos de encierro.
Su salud mental es tan importante como la física, no la descuide y esté atento a las alertas tempranas que son fáciles de identificar.
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