Tras la contingencia del Proyecto Hidroituango, es necesario dar una mirada a su impacto en el endeudamiento de EPM.
Dice el refrán popular que, “el que paga lo que debe, sabe lo que tiene”, que aplica tanto para las finanzas personales como para las de un conglomerado como el Grupo EPM, conformado por 47 empresas en Colombia, Chile, Guatemala, El Salvador, Panamá, México y Bermudas.
La contingencia del Proyecto Hidroituango, en abril de 2018, indujo a dos acciones importantes en las finanzas de EPM: por un lado, se tomó la decisión de enajenar algunos activos con el fin de soportar las inversiones que se venían realizando, y por el otro, colocó bonos en el mercado internacional de capitales para optimizar el portafolio de deuda, de manera que pudiera estabilizarla o, en otras palabras, no aumentar su saldo.
De acuerdo con el reporte histórico de la deuda presentado por EPM en el primer semestre del presente año, desde 2015 la deuda total de la empresa ha aumentado de forma gradual, sin que, según algunos expertos que consultamos, ese aumento signifique que la salud financiera de la empresa esté afectada; por el contrario, para una entidad de su tamaño, endeudarse en justa medida es acertado, pues envía una señal a los mercados de confianza y viabilidad de la organización.
Desde su constitución en 1955, EPM ha demostrado ser responsable con su nivel de endeudamiento, pero ante todo buena paga. Históricamente, los prestamistas de EPM hacen parte de la banca multilateral, como es el caso del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Japan Bank of International Cooperation (JBIC), el Banco Mundial (BM) y la Corporación Andina de Fomento (CAF).
Mantener un nivel de endeudamiento óptimo es clave para conseguir mecanismos de financiación, así funciona el sistema: mientras más se preste, se tendrá más acceso a créditos en el largo plazo. Y a punta de créditos ha sido posible construir proyectos emblemáticos para EPM, como la central de generación de Guatapé, las plantas de tratamiento de aguas residuales y el Proyecto Hidroeléctrico Ituango, entre otros.
“Y a punta de créditos ha sido posible construir proyectos emblemáticos para EPM, como la central de generación de Guatapé ...”
Para empresas como EPM, tener crédito y estar al día es importante para mantener una buena calificación de parte de las calificadoras de riesgo, que para el caso de la empresa son Fitch Ratings Colombia S.A. (AAA), Fitch Ratings (BBB+) y Moody´s Investors Service (Baa3).
El papel del dueño
Si bien endeudarse es parte del juego financiero, en tiempos de vacas flacas es difícil seguir con el mismo ritmo. La contingencia de Hidroituango puso a EPM e pensar en la necesidad de otras salidas para la búsqueda de recursos, no obstante que en los últimos días se recibió la buena noticia de que la aseguradora Mapfre pagará gran parte de dicha contingencia, aunque el monto aún no se conoce.
Una opción es que el Municipio de Medellín, como propietario de EPM, asuma parte de los compromisos económicos de la empresa, mientras se supera la contingencia y se termina el proyecto. No suena tan descabellada la idea, teniendo en cuenta que se puede considerar una capitalización, la segunda que tendría que hacer desde que se constituyó la empresa.
Por una parte, y según el periódico Portafolio, el Municipio es parte del grupo de entes territoriales que registraron excedentes por más de $6 billones en 2018. Es decir, el año pasado Medellín y otros municipios dejaron de invertir o ejecutar recursos y los dejaron en los bancos. ¿Por qué no ejecutan todo el dinero que les ingresó? Es una pregunta que debería responder la Secretaría de Hacienda de Medellín.
Por otro lado, el Municipio de Medellín carga con sus propios compromisos financieros, que se han acrecentado debido, entre otros, al alza del dólar. Al corte del primer semestre de este año, su deuda interna era de $1,1 billones y su deuda externa, de US$200 millones (unos $700.000 millones), que se deben a la Agencia Francesa de Desarrollo tras destinarlos a la construcción del Tranvía de Ayacucho, según explica un informe del periódico El Colombiano.
“…por ahora, el dueño no puede incrementar su deuda para asumir los compromisos de EPM.”
Lo anterior quiere decir que, por ahora, el dueño no puede incrementar su deuda para asumir los compromisos de EPM, por lo que volvemos al comienzo: la única que puede asumir los compromisos financieros actuales de EPM es ella misma; el Municipio y su conglomerado público no están en capacidad de dar la mano a EPM en situaciones de iliquidez. También es claro que cuando EPM se encuentra en una situación financiera compleja, esto afecta directamente al Municipio, que a hoy recibe, vía transferencias, el 55% de las utilidades netas de EPM.
En conclusión, podría decirse que EPM es una empresa con unas finanzas sanas y bien manejada, con un óptimo cumplimiento de sus compromisos crediticios, pese a la contingencia del Proyecto Hidroituango.
Sobre la salud financiera de EPM
Por: Jorge Barrientos Marín, Director Departamento de Economía de la U. de Antioquia
EPM es una empresa con una salud financiera envidiable (Incluida EPM Matriz), el resultado del ejercicio en lo corrido de 2019 es bastante bueno y mejoró en cuanto a 2018. Los ingresos netos se incrementaron frente a 2018 en 12%, pese a la contingencia de Hidroituango. Los indicadores Ebitda, el margen de Ebitda y el margen operacional mejoraron apreciablemente.
En el corto y mediano plazo la compañía no tiene riesgos financieros importantes, el shock externo que implicó un incremento dramático de la TRM ha sido internalizada y absorbida por la gestión financiera de la compañía, máxime cuando 25% de la deuda es en pesos, es poco probable que la TRM pueda incrementarse más allá de los 3.500 pesos por dólar*, de modo que el 51% de deuda en moneda extranjera no es altamente preocupante.
Mientras los márgenes operacionales se mantengan en niveles como el actual, la compañía no tiene riesgos en el corto o el mediano plazo; el peligro provendría de una iliquidez por cuenta de alguna contingencia asociada a sus proyectos de inversión. Pero honestamente ese riesgo ya ha sido gestionado bastante bien.
Desde ese punto de vista la deuda de la compañía que asciende a 22.1 billones de pesos no es preocupante, mientras tenga las coberturas adecuadas sobre el tipo de cambio (pero insisto, no veo un dólar más allá de 3.500 pesos (*), siendo pesimista) y el servicio de la deuda sea razonable, es decir los intereses que paga no exceda el interés de mercado o la tasa de referencia del Banco de la Republica más unos puntos porcentuales. Por lo general una compañía como EPM tiene acceso (o debería) a tasas preferenciales por los montos y plazos de los prestamos negociados.
En el largo plazo el único problema es que Hidroituango no genere la rentabilidad del tamaño de la inversión, pero el mercado eléctrico en Colombia es dinámico, la demanda de energía es creciente, los precios de generación no decrecen (Los servicios de energía representaron el 85% de los ingresos del Grupo, el 81% del Ebitda y el 83% de la utilidad neta), no hay amenaza de fenómenos del niño en el mediano plazo y el cargo por confiabilidad proveniente de las subastas de energía firme provee unos ingresos seguros para una compañía del tamaño de EPM.
Desde luego, una compañía necesita un nivel de deuda, y ojalá cercano al óptimo, un buen número (indicador) es el que sale de la razón deuda/patrimonio, si es cercano a 1, como en el caso de EPM, significa que financia las operaciones de forma equitativa entre patrimonio y endeudamiento. Al mirar los flujos operativos se ven bastante robustos, evidentemente mejores en 2018 y es claro que estos son suficientemente altos, más aun, a pesar de que la deuda es de 1 frente al patrimonio esto no está generando una alta presión sobre los flujos operativos de la empresa (según cifras del segundo trimestre de 2019). Algo que en apariencia podría ser preocupante es que los flujos de inversión pueden ejercer presión sobre la caja y la disponibilidad de recursos de corto plazo, pero esto no es producto de las actividades de financiación. En resumen, el comportamiento de la deuda de EPM es apropiado e Hidroituango no es ahora su principal problema y de hecho, el proyecto dejó de ser un riesgo para la competitividad y el sector eléctrico del país.
(*) Al momento del autor entregar este artículo, el dólar no había llegado a los $3.500.
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