Es casi un axioma que, sin importar la calidad de las ejecutorias y el cumplimiento del objeto social de las organizaciones, que cada administración llegue con su “propio equipo”. EPM, como ente descentralizado del Municipio de Medellín, no es excepción.
Desde la Junta Directiva de SINPRO coincidimos con Francisco Valderrama en su escrito “Un hombre brillante, un rumbo equivocado”, que compartimos al final de esta comunicación, cuando dice que “EPM no es un escampadero temporal para que políticos de profesión ubiquen sus clientelas ni un coto privado para que élites económicas las gestionen con la óptica rentística que les es tan cara. Tampoco puede concebirse como un instrumento recaudador de impuestos, vía tarifas, para los gobernantes de turno, ni se puede gestionar como una entidad privada que cambia de dueño cada cuatro años”.
A escasas horas de culminar la gestión de la dupla Aníbal Gaviria - Juan Esteban Calle como Presidente de la Junta Directiva, el primero, y Gerente General y líder del Grupo EPM, el segundo, queda la sensación de un sabor más agrio que dulce, no obstante el Balance 2012-2015 presentado anticipadamente en octubre y en el que, como fue costumbre en este cuatrienio, se hicieron más relevantes las acciones que privilegiaron los resultados financieros que aquellos que tenían como objetivo la cobertura universal y la prestación eficiente de servicios públicos, así como en el fortalecimiento de su talento humano.
Que tantas voces coincidan en lo equívoca de esta administración no es producto de la casualidad. En otras comunicaciones profundizamos sobre decisiones administrativas lideradas por el señor Calle, con efectos, algunos inmediatos y otros, que así se enderece el camino, tendrán sus efectos a largo plazo, caso Aguas de Antofagasta (ADASA), y que parecen parte de un libreto diseñado para hacer perder brillo a la “joya de la corona”, y que surjan los “aliados estratégicos” que recuperen ese brillo dentro de su grupo empresarial, que quizás no es el de EPM.
Dentro del programa EPM sin Fronteras se mimetizaron decisiones “estratégicas” en materia de inversiones en el exterior, con algunas de las cuales siguen pretendiendo que se trague entero, como con ADASA, cuyo retorno de la inversión a través de dividendos, dista mucho de las cuentas que el gerente Calle y su grupo de trabajo han querido mostrar. (Ver ¿“ternero flaco” o “vaca lechera”?, Luis Fernando Múnera López, El Mundo, 28 de diciembre de 2015).
Pero además de este caso, la administración Calle deja una herencia, que en vez de riqueza deja pesadas cargas que aún pueden revertirse o mejorar en su gestión, no sin un importante esfuerzo e incluso con pérdidas: el endeudamiento histórico; la sociedad en Parques del Río; la sostenibilidad y mantenimiento de las UVAS; el aumento de la contratación directa; la pérdida de control de UNE; la subvaloración y desprecio del talento humano, con consecuencias inocultables sobre el clima laboral; la deshumanización en la atención de los usuarios y su abandono en los principales componentes del objeto social en cobertura, calidad y tarifas.
Esperamos, como dicen muchos trabajadores y otros actores por fuera del Grupo EPM, que cese la horrible noche. También esperamos que no “pasemos por inocentes” con la administración que inicia labores el 1° de enero y que con ella se recupere el rumbo de EPM.
Junta Directiva de SINPRO
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EPM: Un hombre brillante, un rumbo equivocado
Por: Francisco L Valderrama A., Exfuncionario EPM, pensionado.
Cuatro aspectos constituyen materias reprobadas por la administración EPM que termina: La política tarifaria en materia de energía, la política de inversiones en el exterior, el tema UNE MILLICOM y el clima laboral. Por supuesto la calificación de los dos primeros depende del entendimiento de lo que debe ser una empresa de naturaleza pública, en el cual caben conceptos y enfoques diferentes. Pero tanto el tema UNE MILLICOM, disparate empresarial de marca mayor, como el clima laboral, consecuencia y trasunto de la gestión del recurso humano, constituyen una mancha en la gestión del Dr. Juan Esteban Calle R. al frente de EPM.
EPM no es un escampadero temporal para que políticos de profesión ubiquen sus clientelas ni un coto privado para que élites económicas las gestionen con la óptica rentística que les es tan cara. Tampoco puede concebirse como un instrumento recaudador de impuestos, vía tarifas, para los gobernantes de turno, ni se puede gestionar como una entidad privada que cambia de dueño cada cuatro años.
Aun en el marco de la actual regulación existe un margen de maniobra en materia de fijación de tarifas de energía que depende exclusivamente de la voluntad de su administración. Las utilidades de EPM son UNA CONSECUENCIA y no un objetivo per se, sin que ello entrañe sacrificio de la sostenibilidad. Ese es el perfil que demanda la comunidad para un gerente de EPM.
La abundancia de recursos derivada de unas tarifas de energía innecesariamente altas, condujo a la adopción de una política de inversiones centrada en resolver en el exterior lo que todavía en su propio patio no se ha resuelto: una cobertura universal de los servicios públicos básicos misionales de la entidad.
Conocida la probidad del recurso humano de EPM no cabe duda que los estudios técnicos que recomiendan las inversiones en el exterior se han elaborado con seriedad y buena fe. Pero el punto es otro. No es socialmente responsable una política de crecimiento enfocada en otros países cuando existen ciudadanos en su zona de influencia que no tienen acceso a los servicios públicos de la entidad de la cual son dueños, bien por costosos o por estar sus viviendas situadas en zonas de alto riesgo.
Algunas de esas inversiones podrían tener para la entidad y para la comunidad los mismos desastrosos resultados del negocio de ORBITEL para UNE, que finalmente concluyó en su entrega a MILLICOM, por sorbitos, a cambio de migajas.
El concepto empresarial que hoy alaba e impulsa la internacionalización de EPM, mañana utilizará sus probables consecuencias para justificar su entrega. Un calco exacto de lo ocurrido con UNE. Solo espero que no resulte beneficiario mañana de las decisiones adoptadas hoy. Las élites económicas resienten que negocios tan jugosos como el de EPM no estén “democratizados” que es el eufemismo con el cual se refieren a los recursos colectivos que quieren concentrar en pocas manos. ISAGEN por ejemplo va a ser “democratizada”.
No vale la pena ahondar en el disparate UNE MILLICOM, ampliamente cuestionado, en el cual la historia dirá la última palabra. Su caso recuerda al de un General que arrasó totalmente una ciudad para evitar que cayera en manos del enemigo. Me refiero finalmente al clima laboral en EPM. No en sus filiales, porque no viene al caso y definitivamente no en UNE, donde tal concepto, por inexistente, resulta exótico.
El objetivo de esta breve reflexión se centra en el clima laboral al interior de EPM, todavía recuperable, como lo ha ordenado el señor alcalde electo. Y lo es, porque allí está su gente, su recurso humano, su cultura ejemplar. No obstante, parte importante de la cúpula directiva que acompañó al Dr. Calle durante su gestión no provino de la propia cantera. Mucha gente fue ignorada y dejada de lado para traer personal directivo de afuera. Pesaron más otros conceptos, alejados de la cultura EPM, que el esfuerzo de tanta gente valiosa que durante muchos años se había ganado, esa sí, su lugar en la organización. Allí empieza a desajustarse el clima laboral. Si algo lesiona la credibilidad de una persona o de una institución es la incoherencia. El colectivo laboral sintoniza esas señales y descree cuando el discurso afirma lo que las acciones niegan.
Contribuyó también al deterioro del clima laboral la imposición de una estructura organizacional compleja y pesada. No puede ser funcional una estructura de tantos niveles, seis en algunos casos, y cerca de 240 cargos directivos. Terrible daño se hizo a EPM con una estructura que alarga innecesariamente la cadena administrativa, dificulta la comunicación y marca una distancia tan grande entre quienes toman las decisiones y quienes las hacen efectivas.
Pero tal vez el aspecto que más lesionó el clima laboral fue el énfasis puesto por la administración del Dr. Calle en la arista rentística, centrada exclusivamente en ganar dinero, consecuencia inevitable de un concepto empresarial y un perfil profesional y humano que confunde el ámbito privado con el público. Con ello lesionó en materia grave el ADN que todos en EPM tienen grabado en su conciencia: Servir, ser útiles antes que importantes, transferir a la comunidad las ventajas de su comprobada eficiencia. Esa transferencia, que en el ámbito privado se concreta en la distribución de utilidades, en EPM se mide por el cumplimiento de su labor misional y la calidad de vida que su ejercicio empresarial hace posible. Con una sola vivienda sin los servicios básicos que presta la entidad, su misión y por tanto su objeto social estará incompleto e insatisfecho. Mientras existan viviendas sin la cobertura de los servicios básicos que prestan, debería prohibirse a sus administradores otro tipo de inversiones.
Dice el señor gerente General que su gestión al frente de EPM se decanta por la necesidad de asegurar recursos para las generaciones futuras: cien o más años para usar sus propias palabras. Tampoco debería exagerar: bastaron siete años para acabar UNE. Seguramente al frente de Argos tendrá que afinar el concepto porque en el sector privado los dividendos son aquí y ahora.
No obstante el mal sabor que deja el hecho de que vaya a una empresa que a su vez controla a Celsia, competidor de EPM en generación de energía, se impone reiterar lo dicho al principio: El Dr. Calle Restrepo es un hombre honorable y recto. Lamentablemente esas calidades, absolutamente imprescindibles, no bastan para legitimar su gestión. También es necesario entender el contexto social donde se actúa. Esa carencia extravió completamente el norte de EPM. Qué lástima una mente tan brillante al servicio de una causa nimia como ganar dinero o crecer afuera sin completar la misión adentro. EPM es una entidad diseñada para menesteres sociales de mucho más vuelo. En una sociedad tan desigual como la nuestra algo tiene que andar mal cuando líderes destacados miden el éxito de su gestión por las utilidades generadas.
A frenar los abusos de Millicom con el talento humano de UNE
Sesenta despidos sin justa causa en diciembre; 228 trabajadores acogidos al plan de retiro “voluntario” en noviembre; cambio de contrato a un centenar de “mandos medios”; despido gradual de más de 50 trabajadores, incluidos jefes, entre 2014 y 2015; despido, en octubre de 2013, de otros 100 servidores; crecimiento en el número de casos de acoso laboral; exceso de carga laboral; persecución sindical; desconocimiento de beneficios convencionales y varios hechos más, relacionados con el talento humano, que sumados a los temas del deterioro de la calidad de servicios, incrementos continuos de tarifas, descapitalización, venta de inmuebles y préstamos a Millicom, entre otros, tienen que obligar a la nueva administración municipal (léase Alcalde de Medellín, Gerente de EPM y Concejo), a volcar su mirada a UNE EPM Telecomunicaciones S.A., abandonada a su suerte por la actual administración de su socio mayoritario, Empresas Públicas de Medellín.
Aunque desconocemos las razones que motivaron la salida de la Vicepresidente de Recursos Humanos, Marie Claude Joachim, sí estamos convencidos de que debemos dedicar un acápite al manejo dado a los aspectos del talento humano por parte de la actual administración de UNE EPM Telecomunicaciones S.A., bajo las directrices de Millicom y en cabeza del Presidente de la Junta Directiva de la compañía, Juan Esteban Calle Restrepo, quien delegó sus responsabilidades en el Presidente, Esteban Iriarte; la propia exvicepresidente de Recursos Humanos y el Director de Relaciones Laborales, Henry Mena Abadía.
Antes de ahondar en el tema, exigimos al Presidente de la compañía, que no hable como si lo hiciera representando a los trabajadores, como en la despedida de la señora Joachim: “En nombre del equipo directivo y de todos los colaboradores, le reiteramos nuestro sincero agradecimiento y muy especialmente, le deseamos lo mejor para su vida y en sus proyectos futuros”. No alegra, pero tampoco entristece la salida de la señora Joachim, aunque sí entristece que la gestión del talento humano quede en cabeza de una persona que solo actúa pensando en pesos y dólares, el Vicepresidente Financiero, Leopoldo Gutiérrez.
Para cerrar el capítulo Marie Claude, aunque no el de la gestión del talento humano, creemos necesario expresar algunas inquietudes: ¿será que se prestó consciente o inconscientemente para ejecutar las políticas de administración del talento humano impuestas por Millicom, la Junta o el Presidente de UNE sin importar la calidad de las mismas? ¿Será que su falta de competencias administrativas la enfrentaron con esos mismos actores? ¿Será que le cobraron la pérdida de imagen del presidente ante la exposición mediática a raíz del plan de retiro voluntario? ¿Será que, tras jugar, consciente o inconscientemente el papel de “idiota útil” (y fusible a quemar), fue desechada tal y como sucede con todos los que asumen ese rol? ¿Será que su cargo de conciencia no la dejó continuar esas políticas? ¿Será que su respeto al sindicalismo es real, y eso la enfrentó con la administración? ¿Será…?
De lo que sí tenemos certeza es de la pésima gestión que la administración de Millicom ha hecho del talento humano de UNE EPM Telecomunicaciones S.A.; y evidencias hay muchas:
$1- La imposición de una cultura de terror y acoso laboral, de amenaza y coacción, de engaño, mentira e irrespeto; una cultura de esclavitud que pretende disponibilidad las 24 horas del día, los 365 días del año, sin reconocimiento de horas y jornadas extras; una cultura que crea empleo de baja calidad, con esquemas que implican la reducción de salarios; una cultura que desconoce los derechos sindicales y que manipula a su amaño las normas.
$1- La gestión del cambio en la integración de las empresas Tigo y UNE ha excluido los conocimientos, habilidades y experiencia de los trabajadores de UNE EPM Telecomunicaciones S.A., dejando de lado lo bueno que se hacía, sin tener en cuenta el conocimiento profundo del negocio fijo, del cual carece Millicom. Este proceso, más que de gestión ha sido de coerción, y ha hecho uso y abuso de los recursos de capacitación que brinda la Administradora de Riesgos Laborales.
$1- El establecimiento de políticas internas, que pretenden estar por encima de la ley, para ocultar y evadir responsabilidades en accidentes de trabajo, como el acaecido con un trabajador de Emtelco, quien murió en ejercicio de sus funciones.
$1- El desmonte total de eventos y torneos deportivos tradicionales en la empresa. Se acabaron las selecciones deportivas y no se permitió la participación de los trabajadores de UNE en las Olimpiadas de EPM, con el visto bueno del gerente de EPM, Juan Esteban Calle, olvidando que la casa matriz es el mayor accionista de la empresa.
$1- La eliminación del programa de asistencia psicológica al trabajador y su familia, que velaba por la salud integral, y cuyos costos son inapreciables, comparados con los ingresos y los gastos de la empresa, especialmente si se consideran los altos beneficios que generaba.
$1- Los procesos de selección de personal que se tornaron poco transparentes y sin rigor, desconociendo la estructura de cargos y salarios que existen y están reglamentadas en UNE EPM Telecomunicaciones S.A, especialmente en los cargos de jefatura y liderazgo; procesos de selección que desconocen conocimientos, habilidades y experiencias y enfatizan en la actitud que conviene a los manejos de Millicom.
$1- La eliminación del reconocimiento de transporte y alimentación en las jornadas laborales que se extienden después de las 8 de la noche, lo que era una práctica que velaba por la salud, la seguridad y el bienestar de los trabajadores.
$1- Los despidos sin justa causa, algunos de ellos desconociendo casos de estabilidad laboral reforzada y claramente orientados a quienes proceden de UNE EPM Telecomunicaciones S.A.; a las personas de más antigüedad, conocimiento y experiencia. Estos despidos, orientados por una decisión basada solo en la reducción de costos, se tornan irresponsables por sus efectos en la operación, con consecuencias de detrimento en el servicio e incrementos en el retiro de usuarios y baja de los ingresos de la empresa; despidos irresponsables a corto y largo plazo, pues no se han considerado los altos costos para recuperar aprendizajes y experiencias perdidas; despidos irresponsables por la permanente exposición a demandas laborales por desconocimiento o no acatamiento de la ley; despidos irresponsables por el detrimento patrimonial que todo lo anterior implica.
$1- El manejo dado a los despidos, disfrazados en un plan de retiro “voluntario” irrespetuoso y, reiteramos, irresponsable, como lo explicamos en un comunicado anterior; plan de retiro calificado de exitoso por la Junta Directiva, pero que a todas luces fue agresivo, intempestivo e improvisado.
$1- El abuso de posición dominante de la administración de UNE al coaccionar decisiones importantes de los trabajadores, como en los casos del cambio de esquema salarial para mandos medios y del propio plan de retiro “voluntario”, que obligó, de manera descortés y agresiva, a tomar decisiones que afectan la vida personal, familiar y profesional de los trabajadores, sin el debido contexto, sin la suficiente preparación y con desconocimiento de los efectos futuros de su decisión en aspectos de salud, pensión e impuestos, entre otros.
$1- Un clima laboral en el que campean la incertidumbre, el desorden, el desgobierno, la inestabilidad laboral, el miedo, la enfermedad física, sicológica y espiritual; en resumen, un clima laboral infernal.
Es importante que la administración de la empresa entienda que los trabajadores deben confiar en sus líderes y que este cúmulo de evidencias irrefutables nos da una sola certeza, que quienes están al frente de las relaciones laborales mienten permanente, pues cada que dicen algo, se hace lo contrario: “no habrán despidos”, “acá no pasará nada”, “no habrá plan de retiro”, incluso cuando escriben “Apreciados colaboradores”, pues es claro que con esas acciones no se aprecia a la gente con la que trabajan, simplemente la utilizan.
Finalmente, queremos dejar en claro a la administración de la empresa, que ha pretendido que nuestra organización sindical, SINPRO, actúe como su avalador, que no hacemos ni haremos eco de sus mentiras, incoherencias y vacíos administrativos.
Con el Alcalde actual, Aníbal Gaviria, y con el gerente de EPM, Juan Esteban Calle, no hubo ni hay nada que hacer, pues han sido cómplices, junto con los 11 concejales y los entes de control que dejaron tirada a UNE tras incumplir de forma permanente el Acuerdo 17 de 2013; pero sí reiteramos nuestro llamado al alcalde electo, Federico Gutiérrez Zuluaga; al próximo Gerente, Jorge Londoño de la Cuesta; y al nuevo Concejo de Medellín, para que asuman su verdadero papel de defensores del patrimonio público y que recuerden que EPM es el socio mayoritario de UNE EPM Telecomunicaciones S.A.
Junta Directiva de SINPRO
Campanazo para la empresa, para EPM y para su talento humano
El primer campanazo sonó en 2013 cuando 11 concejales, con la bendición del alcalde de Medellín y el gerente de EPM, dejaron abandonado a UNE. Lo consignado en el acta, bajo el nombre de Acuerdo 17, no ha sido más que letra muerta, pues quienes la recibieron en adopción se han esforzado por incumplir todo lo que sobre la pila bautismal se había pactado.
No nos detendremos en las cuestiones de manutención de esta criatura, a la que le han vaciado poco a poco su riqueza; hablaremos de sus órganos y su sangre, que en estas cuestiones de paternidad llamaremos talento humano. Talento humano al que el padre adoptivo, que por cierto busca quedarse con todos sus bienes, lo acosa sin descanso hasta llevarlo a la sin salida.
Así sucedió entre finales de 2014 y principios de 2015 cuando una medición subjetiva de conceptos de actitud y aptitud fue la gran excusa para despedir paulatinamente parte de ese talento humano, con el que no había comunión. Pero el doblar de campanas se hizo más fuerte con el soterrado cambio de condiciones laborales a cerca de 100 trabajadores, a los que se les comenzó a llamar “mandos medios”. Y faltaba el gran golpe: aunque lo sospechábamos, de forma abrupta el 11 de noviembre la administración de UNE presentó un plan de retiro voluntario, que al analizarlo con reposo, se observa una conjugación de improvisación, irresponsabilidad e irrespeto. Y lo peor es que hay indicios de que esta película continúa…
Basta dar un vistazo para encontrar que primó la reducción de costos, sobre las personas y el conocimiento del negocio; hubo indiferencia con los aspectos tributarios; se actuó con cortoplacismo; se dio una estocada de muerte a la cultura EPM para acentuar la de Tigo, la de actuar sin pensar y sin planear.
El viernes 13 se dio un paso gigante en la destrucción de una empresa, con mayoría de capital público, sin importar que se borrara la huella de gran parte de un talento humano clave, caracterizado por su capacidad de cuestionar, de construir y de velar responsablemente por el buen funcionamiento de la empresa. Se perdió conocimiento y experiencia… ¡pero eso no les importa!
Se dio un golpe a la viabilidad social de la empresa, destruyendo de paso, trabajo digno y de calidad; se desconoció lo que significa responsabilidad social empresarial, con dos de sus principales actores: la sociedad y los dueños, y se afecta la calidad del servicio para los clientes… ¡pero eso tampoco les importa!
En lo que respecta al bienestar de los trabajadores de UNE y sus familias, solo importaba que se acogiera la mayor cantidad de gente, sin considerar su afectación en materia tributaria, financiera, laboral, familiar, sicológica… una decisión definitiva de vida. No se previó la afectación del clima laboral, el dolor por las ausencias y la insatisfacción de los rechazados; no se pensó en la calidad de los resultados de quienes quedan sobrecargados y con metas difícilmente cumplibles por falta de capacitación en sus nuevas tareas y roles… ¡Esa será una gran excusa de la administración para despedir por no cumplimiento de metas, como argumenta y amenaza permanentemente!
Tras conversar con muchos trabajadores, estamos convencidos de que al plan se hubiera presentado más gente, pero las limitaciones, lo ofrecido y el propio miedo lo impidieron. Están cansados de ese régimen de terror instaurado, del acoso laboral soterrado, de la promoción de una cultura que genera la competencia malsana entre colegas, de una administración desordenada y sin rumbo; en resumen, están cansados de un clima laboral indecente, insensible y abusivo. Lo lamentable es que la actual administración no ve como una alerta que a este plan se haya inscrito cerca del 20% del personal.
Invitamos a la actual administración de UNE EPM Telecomunicaciones S.A. a reflexionar sobre su actuación en este plan y en otras decisiones laborales, técnicas, financieras, de mercado o negocio que se están tomando:
Los miembros de la Junta Directiva, y especialmente quienes representan los intereses de la ciudad, en cabeza del gerente de EPM, Juan Esteban Calle, deben preguntarse por su responsabilidad y coherencia frente al patrimonio público, al bienestar y desarrollo de los ciudadanos de Medellín, el empleo y su calidad, la prestación de un servicio vital y estratégico para la ciudad.
La administración Millicom debe cuestionarse si es tan adecuado para sus empresas tener una cultura como la que promueve, acerca de qué tan exitoso es pensar sólo en las finanzas.
El Presidente debe pensar sobre sus reales capacidades para liderar una empresa de la magnitud de UNE EPM Telecomunicaciones S.A., sobre sus relaciones e irrespeto para con los trabajadores, sobre su credibilidad al interior de la empresa.
Los responsables de las relaciones laborales deben preguntarse seriamente acerca de su real capacidad para gestionar adecuadamente a las personas, con respeto y confiabilidad, con visión integral considerando las múltiples variables que afectan a las personas que tienen el rol de trabajadores en esta empresa; sobre su coherencia respecto a la importancia que le dan al sindicalismo y a la dignidad del trabajo, pues dicen una cosa en sus discursos y actúan de manera completamente contradictoria.
Una muestra de toda esta incoherencia administrativa es la invitación a una fiesta, a todas luces irrespetuosa con quienes se fueron y con quienes se quedan, es una mofa al dolor personal y al dolor de empresa.
A todos los compañeros que nos dejaron, éxitos en su nuevo ciclo de vida. Esperamos que hayan tomado la decisión más responsable con ustedes mismos y con sus familias. Queremos también ratificarles la continuidad del apoyo que les brindará nuestra organización sindical, como lo hicimos durante estos días y como hemos tratado de hacerlo siempre.
Para quienes no estuvieron afiliados a SINPRO, nuestras puertas están abiertas para darles el soporte que necesiten, ¡Cuenten con nosotros!
Desde SINPRO sentimos que hoy podemos seguir mirando de frente y con la frente en alto a cada uno de nuestros afiliados y a los trabajadores de UNE, porque buscamos todas las posibilidades de apoyo y lo seguiremos haciendo. Reiteramos lo que dijimos hace dos años: “Un camino de mil millas, comienza con un paso”, Benjamín Franklin.
Les compartimos la primera acción de la unidad sindical de cuatro sindicatos de UNE: SINTRASERTIC, SINTRAUNE, UNIGEEP Y SINPRO. Una vez nos llegue la carta de adhesión de SINTRASERTIC sobre esta solicitud al Ministerio de Trabajo, se la haremos llegar a todos nuestros afiliados.
Respuesta de la administración de EPM a derecho de petición por parte de
SINPRO sobre el programa Gente para la Gente
Servicios Públicos
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Organizaciones Sindicales