La historia de las UVA está ligada al sistema de acueducto y alcantarillado. Hoy ya son más de 20 en Medellín, Bello e Itagüí.
El sistema de acueducto y alcantarillado de Medellín es como un organismo vivo que crece y se adapta a las necesidades de la ciudad y sus habitantes. En ese mismo espíritu, los tanques de almacenamiento de agua de EPM, que hace años eran frías estructuras de concreto, han evolucionado a espacios que buscan integrarse mejor con los ciudadanos, promoviendo una conexión más cercana con los vecinos y destacando un mensaje: el agua, como fuente de vida, debe inspirar cercanía y cuidado.
La historia de las UVA está ligada al sistema de acueducto y alcantarillado de Medellín y algunos municipios del Valle de Aburrá. Un ejemplo es la UVA de La Imaginación en el barrio San Javier de la comuna 13 de la ciudad. Allí, los jóvenes juegan fútbol en una cancha que hace unos años era lo que ellos llaman un “tierrero”. Un amplio grupo de madres disfrutan de clases de baile mientras los niños exploran en los talleres de creatividad. En las noches, la UVA se convierte en un escenario cultural, donde músicos locales y reconocidos artistas llevan su talento a la comunidad.
La UVA es como el corazón del barrio, es el sitio que congrega y por ello todos lo cuidan, coinciden Tatiana y Jorge, dos usuarios de la UVA La Esperanza en el barrio Popular. Son una visión de ciudad, cada una tiene un diseño único, adaptado a las necesidades y características de su comunidad. Albergan bibliotecas, auditorios, salones de talleres y hasta gimnasios al aire libre. Todo esto, rodeado de áreas verdes que invitan al descanso y a la contemplación.
Modelo inspirador
Las UVA, en las que confluyen diferentes instituciones de Medellín, entre ellas el Instituto de Deportes y Recreación, INDER, y EPM, encargada de su administración y mantenimiento a través de la Fundación EPM, tienen un impacto tangible en la calidad de vida de las comunidades. Según estudios de impacto social efectuado por varias organizaciones, estos espacios han contribuido a reducir la violencia en sus entornos y han fomentado el sentido de pertenencia entre los habitantes.
Desde la inauguración de las primeras UVA en 2014, este modelo de desarrollo social y urbano hoy supera las 20 unidades, distribuidas por la mayor parte de las comunas de Medellín, así como en Bello e Itagüí, y su éxito ha inspirado proyectos similares en otras ciudades del país.
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